Experiencia del Empleado
Regreso al trabajo presencial: ventajas y desventajas
En la dinámica empresarial actual, donde la tecnología ha abierto las puertas a modalidades remotas, el trabajo presencial sigue siendo un pilar fundamental para el funcionamiento eficiente de muchas organizaciones.
Sin embargo, una vez superadas las restricciones por la pandemia de COVID-19, la discusión sobre el regreso al trabajo presencial ha cobrado una relevancia sin precedentes. Evaluar los pros y contras es solo la fase inicial de un proceso de transición que requiere un profundo análisis.
Lo cierto es que luego de adaptarse a diferentes modalidades de teletrabajo, las organizaciones se enfrentan a la decisión crucial de reintegrar a sus empleados a los espacios corporativos de trabajo presencial, tomar la decisión de continuar con el modelo remoto, o bien un funcionamiento híbrido.
En algunos modelos de negocio, el regreso al trabajo presencial es una realidad que deben asumir con celeridad. Por lo cual, ofrecemos un análisis exhaustivo que aborda las ventajas y desventajas de este modelo, así como las estrategias clave para una transición exitosa.
5 ventajas de la vuelta al trabajo presencial
Esta modalidad ofrece una serie de ventajas que no solo impactan en la productividad, sino también en la cohesión y el desarrollo del equipo laboral.
Desde el punto de vista personal, el trabajo presencial contribuye al bienestar emocional y social de los empleados. A través del sentido de conexión y apoyo, se ayuda a reducir el estrés, mejora el estado de ánimo general y favorece la participación en actividades sociales y eventos de la organización.
Para las personas y organizaciones, las ventajas del trabajo presencial pueden ser evidentes o sutiles, y su impacto e importancia dependerá del grado de compromiso y los objetivos organizacionales trazados. A continuación, exploraremos detalladamente algunas de las más significativas:
1. Colaboración y comunicación
La interacción cara a cara fomenta una colaboración más efectiva y una comunicación más clara entre los miembros del equipo y ejecutivos de la organización.
Cuando la presencia física fomenta la interacción directa entre colegas, facilita la colaboración y el intercambio de ideas, mejora la comprensión de las tareas y genera una resolución de problemas más ágil y efectiva; dejando de lado las barreras comunicativas a nivel tecnológico que pueden surgir en entornos remotos.
De esta forma, el regreso al trabajo presencial permite abordar el desafío de recobrar el sentido de conexión y colaboración entre los equipos que en circunstancias particulares trabajaron en ubicaciones diferentes. Esto fomenta la interacción entre los empleados y promueve ocasiones de encuentro a través de reuniones regulares o eventos sociales.
2. Mejora del ambiente laboral y la cultura de la empresa
El contacto físico con el entorno laboral es fundamental para la construcción y el mantenimiento de la cultura organizacional y los valores corporativos.
La presencia proporciona oportunidades para transmitir y reforzar la misión, visión y valores de la empresa. Esto ayuda a alinear a los miembros del equipo con los objetivos comunes de la organización y a mantener un sentido compartido de propósito y pertenencia.
La oportunidad de participar directamente en la planeación de estrategias y proyectos consolida el rol protagónico del talento humano y le impulsa a tomar acciones efectivas en función de los objetivos de la organización.
3. Mayor control y supervisión por parte de los empleadores
Para los líderes y gerentes, el trabajo presencial ofrece una mayor oportunidad para la supervisión directa. Esto permite una evaluación más precisa de las fortalezas y la gestión del rendimiento. Además, ayuda a mantener altos estándares de calidad en el trabajo entregado, facilitando así el desarrollo profesional individualizado y el crecimiento del equipo.
4. Incremento de la productividad y la eficiencia en ciertos roles
Algunas funciones se benefician enormemente de la interacción en persona, especialmente aquellas que requieren acceso a recursos específicos, por lo que, en estos casos, el trabajo presencial puede ser más productivo y eficiente que el remoto.
También brinda mayor claridad y coordinación en la ejecución de proyectos, facilitando la selección de estrategias, el compartir actualizaciones y el realizar ajustes en tiempo real. Esto permite que los proyectos avancen de manera más eficiente y se alcancen los objetivos establecidos.
5. Más socialización y networking
El trabajo en la oficina ofrece oportunidades únicas para la socialización, ya que el contacto cara a cara en el lugar de trabajo facilita la construcción de relaciones interpersonales y profesionales más sólidas.
El compartir espacios, conversaciones informales y actividades de equipo fortalece los lazos entre colegas, fomentando así un sentido de camaradería y pertenencia que puede ser difícil de lograr en entornos puramente remotos.
Estas relaciones más fuertes no solo mejoran el ambiente laboral, sino que también pueden aumentar la lealtad y la retención de talento dentro de la empresa, disminuyendo la rotación de personal y los gastos asociados a la contratación.
Desventajas del regreso a los espacios corporativos
A medida que las empresas exploran la posibilidad de volver al trabajo presencial, es imperativo considerar detenidamente las potenciales desventajas asociadas con esta modalidad.
Si bien el trabajo presencial ofrece una variedad de beneficios, también presenta una serie de desafíos que pueden afectar tanto a empleados como a empleadores. En este análisis exhaustivo, examinaremos detalladamente las principales desventajas del retorno al trabajo presencial.
Posibles dificultades de desplazamiento y transporte
Una de las desventajas más palpables del trabajo presencial es el tiempo que los empleados deben invertir en el desplazamiento hacia y desde su lugar de trabajo. El cual puede implicar desafíos logísticos, especialmente en áreas urbanas con transporte público limitado o riesgoso.
Los tiempos de viaje más largos pueden generar estrés adicional y una mayor exposición a situaciones potencialmente peligrosas, lo que afecta negativamente la calidad de vida de los empleados, quienes suelen considerar que este tiempo podría ser aprovechado de otra manera (especialmente para aumentar la productividad, descanso, recreación u otras actividades que mejoren su calidad de vida y rendimiento laboral).
Como desventaja asociada, también contribuye al incremento de la huella de carbono, debido al uso de vehículos para el traslado de los empleados y al consumo energético de las instalaciones, alejando a las organizaciones de los principios de sostenibilidad.
Menor flexibilidad en horarios y modalidades de trabajo
El trabajo presencial suele estar asociado con horarios fijos que no siempre se alinean con los picos de productividad individuales de los empleados. La flexibilidad en la gestión del tiempo es una ventaja clave del trabajo remoto, ya que permite a los empleados trabajar en los momentos en que se sienten más productivos y creativos.
La inminente pérdida de la flexibilidad que ofrecen las modalidades de trabajo remoto y asumir un compromiso con horarios preestablecidos y una presencia física constante, pone a prueba la capacidad de los empleados para gestionar su tiempo y espacio de trabajo.
Por otro lado, los entornos de trabajo presenciales son susceptibles a interrupciones y distracciones que pueden afectar la concentración y la eficiencia de los empleados. Aunque el trabajo remoto no está exento de estos desafíos, ofrece la posibilidad de crear un entorno de trabajo personalizado y controlado.
Impacto en la conciliación entre vida laboral y personal
La separación física entre el hogar y el lugar de trabajo puede dificultar la conciliación entre la vida laboral y personal, especialmente para aquellos con responsabilidades familiares u otros compromisos.
Las tendencias actuales de la fuerza laboral indican la incorporación de proyectos personales y actividades recreativas, sociales o de bienestar integral. Estas no solo complementan su cotidianidad, sino que benefician su desempeño profesional.
La obligación de regresar a la oficina a tiempo completo puede crear tensiones adicionales y dificultades para gestionar estas responsabilidades, lo que puede dar lugar a un aumento de estrés y fatiga, así como la insatisfacción laboral entre los empleados
Aumento de costos operativos para los empleadores
El trabajo presencial implica una serie de costos operativos que pueden incluir alquiler de espacios corporativos, mantenimiento, la implementación de medidas de seguridad, equipamiento de oficina y servicios básicos como electricidad y agua.
Estos costos significan una carga financiera adicional directamente proporcional al tamaño de la fuerza laboral convocada. En consecuencia, para el regreso al trabajo presencial deben reasignar estos recursos financieros que antes estaban dirigidos a potenciar otras áreas.
Aunque en términos generales, hemos indicado las desventajas más frecuentes y significativas, también es necesario resaltar la menor adaptabilidad de los modelos de trabajo presencial ante crisis o emergencias. En este sentido, el retorno al trabajo presencial puede limitar la capacidad de la empresa para adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes y garantizar la continuidad del negocio de manera efectiva.
Limitaciones para la organización
El crecimiento de una empresa con un modelo de trabajo presencial está intrínsecamente limitado por el espacio físico disponible. Esto condiciona la contratación de personal y descarta aquellos talentos disponibles en otras ubicaciones geográficas.
En todo sentido, restringe la escalabilidad, la expansión del negocio y el acceso a un pool más amplio y diverso de candidatos que podrían aportar nuevas perspectivas y habilidades al equipo.
Estrategias para una transición exitosa
El retorno al trabajo presencial después de un período de trabajo remoto requiere una cuidadosa planificación y una implementación estratégica para garantizar una transición exitosa tanto para empleados como para empleadores.
En este sentido, la comunicación transparente y proactiva es fundamental durante todo el proceso de transición. Los empleadores deben proporcionar información clara sobre los planes de retorno al trabajo presencial, incluyendo fechas, protocolos de seguridad y expectativas para los empleados.
Las claves para este proceso son la preparación y adaptación, pues a partir de allí se podrán analizar y seleccionar las estrategias para facilitar una transición fluida y efectiva del trabajo remoto al trabajo presencial. Es decir, los colaboradores deben desarrollarse en un entorno donde puedan plantear preguntas, expresar inquietudes y recibir orientación adicional según sea necesario.
Medidas de seguridad y protocolos sanitarios
La seguridad y el bienestar de los empleados deben ser una prioridad principal durante la transición al trabajo presencial, por lo cual es fundamental que las organizaciones sean capaces de implementar protocolos de seguridad para proteger la salud de los empleados y minimizar los riesgos.
Es necesaria una ventilación adecuada, la limpieza regular de las instalaciones y, cuando sea necesario, incluir medidas como el distanciamiento físico o el uso de mascarillas. También se debe proporcionar los recursos y equipos de protección personal para garantizar la seguridad en el lugar de trabajo.
Opciones híbridas para combinar trabajo presencial y remoto
Es importante reconocer que la transición al trabajo presencial puede no ser adecuada para todos los empleados en todas las situaciones. Por lo tanto, se debe considerar la posibilidad de ofrecer opciones flexibles, como el modelo de trabajo híbrido.
Esta solución intermedia puede ofrecer lo mejor de ambos mundos, manteniendo la flexibilidad y los beneficios de la interacción personal y permitiendo a los empleados alternar entre un rol u otro según sus necesidades y las de la empresa.
Sin embargo, para implementar con éxito un modelo híbrido es crucial considerar una serie de aspectos clave que ayudarán a garantizar una transición hacia el trabajo presencial a través de un plan de adaptación creado a medida. Para ello, será indispensable desarrollar las siguientes actividades:
- Evaluación de la cultura organizacional y la infraestructura tecnológica: determinar si la cultura empresarial favorece la colaboración, la autonomía y la confianza necesarias para un entorno híbrido. Abordar posibles brechas en la infraestructura tecnológica y garantizar el acceso a los recursos necesarios.
- Definición de políticas y procedimientos claros: esto incluye definir expectativas claras en cuanto a horarios de trabajo, comunicación, colaboración y disponibilidad.
- Adaptabilidad: es importante reconocer que las necesidades y preferencias de los empleados pueden variar y evolucionar con el tiempo. Por lo tanto, se debe fomentar una cultura de flexibilidad que permita ajustar el enfoque de trabajo.
- Gestión efectiva del rendimiento y evaluación del desempeño: los gerentes deben ser capacitados para gestionar equipos distribuidos de manera efectiva, estableciendo objetivos precisos, proporcionando retroalimentación regular y evaluando el desempeño de manera equitativa y consistente. Además, se deben establecer métricas claras para medir el éxito y el progreso de los equipos en un entorno híbrido.
Al considerar cuidadosamente los aspectos clave, las organizaciones pueden prepararse de manera efectiva para una transición exitosa a través de modelo híbrido que promueva la productividad, la satisfacción laboral y el éxito a largo plazo.
Apoyo emocional
La transición al trabajo presencial puede generar una variedad de preocupaciones entre los empleados, incluyendo ansiedad, estrés y fatiga. Por lo tanto, es esencial proporcionar recursos y programas de apoyo emocional para ayudarles a manejar estas emociones asociadas con la transición al trabajo presencial.
En primer lugar, se debe reconocer el impacto emocional que puede tener el cambio en la modalidad de trabajo para luego manejar estos desafíos, bien sea con sesiones de asesoramiento, programas de bienestar mental o actividades de construcción de equipo diseñadas para fortalecer la resiliencia y promover el bienestar emocional.
El trabajo híbrido también puede plantear desafíos adicionales, sin embargo, las acciones deben promover el equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, así como abordar de manera oportuna cualquier problema de salud mental que pueda surgir.
Las acciones de apoyo emocional, también pueden incluir incentivos laborales relacionados con la productividad o pueden ser establecidas como política de esparcimiento y recreación planificada.
Capacitación y desarrollo Profesional
Otra de las estrategias fundamentales para promover el regreso al trabajo presencial es la capacitación profesional.
De igual manera que la adaptación al trabajo remoto requirió la capacitación en el uso de las herramientas tecnológicas y plataformas de comunicación, el retorno al modelo presencial puede requerir habilidades y adaptaciones adicionales por parte de los empleados para adaptarse a nuevas rutinas y procedimientos.
Por lo tanto, se debe proporcionar capacitación y desarrollo profesional para garantizar que estén preparados para enfrentar los desafíos del trabajo presencial.
Adecuación de los espacios de trabajo
Una estrategia interesante para incentivar el regreso al trabajo presencial consiste en replicar las condiciones del home office dentro de las instalaciones de la organización. Esto significa disponer espacios de coworking con las comodidades habituales del trabajo remoto y cuidar la estética y la funcionalidad del mobiliario para procurar un ambiente donde fluya el bienestar y la creatividad.
Además, es necesario procurar entornos para la alimentación, el descanso, ejercicio, reuniones o cualquier otro tipo de actividades relacionadas con el bienestar del talento humano.
Adoptar este nuevo paradigma requiere, de parte de la empresa, un compromiso sostenido con el bienestar de su talento humano y coordinar las acciones necesarias para asumir las estrategias de transición o retorno al trabajo presencial en consonancia con la cultura organizacional.
Evaluación continua de la situación y adaptación de estrategias según sea necesario
La transición al trabajo presencial es un proceso dinámico en el cual es crucial monitorear de cerca muchos aspectos, desde las situaciones del entorno, las restricciones sanitarias hasta las necesidades de los empleados.
Las empresas deben estar preparadas para ajustar sus estrategias en respuesta a la evolución de las circunstancias. De allí la necesidad de una evaluación continua y la capacidad de adaptarse a medida que surgen nuevos desafíos y circunstancias.
La revisión y ajuste de estrategias estarán dirigidas en función del feedback que reciban de los empleados, las tendencias tecnológicas y las mejores prácticas en materia de salud y seguridad laboral.
También es necesario disponer de las métricas de gestión que permitan obtener información sobre las diferentes variables de productividad, satisfacción, bienestar personal y sentido de pertenencia organizacional.
Consideraciones finales
El trabajo presencial es una modalidad laboral tradicional en la que los empleados realizan sus tareas en un lugar físico específico, siguiendo un horario establecido y bajo la supervisión directa de la empresa.
Esta presencialidad les permite interactuar directamente con colegas, clientes y recursos de la empresa, lo que para muchas empresas incide de forma crucial en la cultura organizacional, la colaboración y el funcionamiento eficiente de los equipos de trabajo.
Para cubrir las necesidades y circunstancias específicas de cada empresa y sus empleados se deben tomar en cuenta tanto las ventajas como las desventajas significativas a fin de tomar la decisión de adoptar cualquier modalidad.
Lo anterior es posible con una planificación cuidadosa y la implementación de estrategias adecuadas, especialmente cuando se planifica el regreso al trabajo convencional después de largos periodos de actividad remota.
De forma general, la presencialidad ofrece una serie de ventajas, como una comunicación más directa y efectiva, una supervisión cercana por parte de los superiores, oportunidades para la socialización y el trabajo en equipo o un mayor sentido de pertenencia a la empresa.
Sin embargo, también puede presentar desafíos, como dificultades de desplazamiento, menor flexibilidad en horarios, conciliación entre vida laboral y personal u otras limitaciones relacionadas con la escalabilidad del negocio y la disponibilidad de espacio físico.
En todo caso, las empresas deben sopesar las ventajas y desventajas, y considerar estrategias que faciliten una transición exitosa, siempre garantizando la seguridad, el bienestar y la productividad de todos los involucrados.
Al implementar estas estrategias clave, los empleadores pueden facilitar una transición fluida y segura que promueva el bienestar y la productividad en el lugar de trabajo. Manteniendo un diálogo abierto con los empleados y la disposición a adaptarse ante nuevos escenarios y situaciones.
Mientras que el trabajo presencial puede ser adecuado para ciertas industrias y roles, es evidente que presenta desventajas significativas en términos de costos, eficiencia, impacto ambiental y flexibilidad, las cuales pueden gestionarse de manera efectiva con las herramientas tecnológicas adecuadas.
Las soluciones tecnológicas para empresas ofrecen alternativas viables para la gestión que pueden superar estas limitaciones, promoviendo un modelo de trabajo más sostenible y adaptativo a las necesidades actuales, tanto en entornos remotos como con el trabajo presencial.
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