¿Cómo desarrollar el liderazgo empresarial?
12 de Diciembre de 2022.
Las estrategias para desarrollar el liderazgo empresarial han pasado por grandes modificaciones a lo largo del tiempo. Mientras, en otras épocas era muy común liderar desde el temor o el miedo, en la actualidad se hace desde la empatía y el respeto.
Aunque no existe una fórmula matemática para ser un buen líder, hay un conjunto de habilidades y conocimientos que son necesarios para ello. De lo contrario, la empresa tendrá más de un inconveniente al no poder guiar a los colaboradores a un objetivo en común.
Por eso, hemos creado este artículo, en el que abordaremos no solo la importancia de desarrollar el liderazgo empresarial adecuadamente, sino que también le daremos los mejores consejos para hacerlo.
La importancia de desarrollar el liderazgo empresarial
Un líder es el encargado de planificar, delegar, gestionar y verificar cada una de las tareas correspondientes a los diferentes colaboradores. La eficacia al ejecutar todas las funciones mencionadas, es lo que determinará si es un líder capaz de aumentar la productividad de su empresa.
Básicamente, es el dirigente quien orienta a los colaboradores a cumplir sus actividades, mientras saca lo mejor de cada uno. Sin él, aunque los trabajadores sean totalmente entregados y responsables, no existiría un camino que deberían seguir para ejercer sus funciones.
Al poco tiempo empezarían a surgir muchos inconvenientes, que, sin alguien capaz de mediarlos, podrían finalizar incluso en el cierre de la empresa. Lo mismo sucede cuando, a pesar de que existe un líder, no está lo suficientemente capacitado.
Además, las formas de liderar se mantienen en un cambio constante, por lo que es necesario que tanto la compañía como el líder asignado se adapten a ello y ejerzan su rol adecuadamente. De no hacerlo, la fuerza de talento no se sentirá satisfecha y no aprovechará al máximo su desempeño.
¿Cómo implementar un buen liderazgo?
Teniendo en cuenta lo anterior, un buen liderazgo no solo es importante, sino, imprescindible. Por eso, a continuación verá los consejos más relevantes para conseguirlo.
1. Autoconocimiento
El autoconocimiento es la clave del aprendizaje personal. El líder debe ser capaz de evaluarse a sí mismo para afianzar sus fortalezas y trabajar en sus debilidades. De no reconocer sus propias virtudes y defectos, no podrá crecer profesional ni personalmente.
En cambio, un líder que se preocupa por visualizar sus puntos positivos y no tan positivos, puede mejorar de forma constante sus estrategias en pro del crecimiento de la empresa y de la satisfacción y motivación de sus colaboradores.
2. Comunicación asertiva
Un buen líder debe poder comunicarse asertivamente con cada uno de los trabajadores y superiores. Además de tener claridad en las ideas que expresa, siempre debe hacerlo con respeto y tolerancia.
Por supuesto, la comunicación no se basa solo en expresarse adecuadamente, también va de la mano con escuchar las opiniones de los demás, sobre todo la de los colaboradores. Aunque el líder debe tener confianza en las decisiones que toma, también debe estar abierto a dialogar de forma positiva sobre ellas, así como a escuchar sugerencias o propuestas.
No solo podría conseguir grandes mejoras para sus proyectos, sino que también haría sentir a los colaboradores que son valorados e incrementaría su satisfacción laboral y, con ello, su desempeño.
3. Capacidad de delegar
Es indispensable que el líder delegue de forma inteligente a sus colaboradores. Debe tratarse de un equilibrio en el que el personal adquiera responsabilidades, sin llegar a ser sobresaturados.
Por un lado, no es buena idea delegar muy poco. El líder debe poder determinar qué tanta carga puede llevar sobre sí mismo y no sobrepasarse. De extralimitarse, su nivel de estrés aumentaría y con él el de los colaboradores. Siempre debe tener en cuenta que su fuerza de talento está ahí por una razón: Son profesionales muy capacitados.
Sin embargo, tampoco debe delegar prácticamente todo y deshacerse de responsabilidades. Además de que dejaría una carga excesiva en el personal, el proyecto estaría falto del enfoque empresarial que debe dotar el líder.
4. Confianza en el equipo
Es imprescindible que el líder pueda confiar en su equipo para ejecutar las tareas de la mejor manera posible. Sin confianza, el grupo de trabajo estará privado de ideas y de creatividad, por lo que pasará poco tiempo para que empiecen a sentir inconformidad.
Lo ideal es darles la oportunidad de establecer sus propios criterios y tomar decisiones moderadas. Claro que el líder debe seguir evaluando las operaciones para asegurarse de que el proceso siga su flujo, así como para realizar los cambios o correcciones necesarias cuando corresponda.
5. Responsabilidad y esfuerzo
Sin importar qué tan alto sea el cargo del líder, el mismo debe procurar tener cultura de cumplimiento con sus responsabilidades y realizar un esfuerzo igual o similar al de los colaboradores.
El líder es el centro de todo el proyecto y si empieza a fallar o a hacer caso omiso de sus compromisos, los trabajadores no tardarán en seguirle el paso. Por eso, debe utilizarse a sí mismo como ejemplo de lo que espera de su personal.
Es importante que llegue a las horas establecidas y no después, que haga las revisiones a la fecha acordada o antes, que entregue las planificaciones a tiempo, por ejemplo. Parte esencial de que un equipo sea responsable, es que su líder también lo sea.
¿Es fácil desarrollar el liderazgo empresarial?
Sin importar qué tanta formación teórica y práctica se tenga al respecto, aprender a desarrollar el liderazgo lleva tiempo, esfuerzo y adquisición de experiencia. Aun así, no es una tarea imposible, y se debe empezar en algún momento. Además, al implementar los consejos aquí mostrados, el camino es mucho más llevadero.
El líder debe ser amable, confiable, empático y paciente, también debe dejar en claro cuáles son sus límites y qué tanto está dispuesto a tolerar. De una forma u otra, ha de encontrar un equilibrio entre el respeto y la confianza con el que el talento de la compañía se sienta a gusto con él y no frustrado o cansado. Así, la productividad será cada vez mayor.
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